miércoles, 8 de julio de 2009

Bandera de ceremonia


Buenos Aires, 9 de julio de 2009

Los abanderados del acto por el Día de la Independencia son Delfina Frenkel (con la bandera Argentina), Lucía César Braceras (con la bandera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y Federico Chab (escolta).

Para escuchar el Himno Nacional Argentino

Para escuchar el Himno Nacional Argentino, con imágenes de distintos lugares de nuestro país, cantado y doblado al lenguaje de señas por Patricia Sosa, pueden ir a este link: 
http://www.youtube.com/watch?v=b1rVuA0ClWM

También pueden escucharlo interpretado por Charly García y Mercedes Sosa en el festival de Cosquín 2007 aquí: 
http://www.youtube.com/watch?v=RQnF5PeVYsw

Palabras preliminares

(por Javier Fernández Mouján)

Como un acto de independencia, decidimos hacer este acto aunque tuviera que ser en forma virtual: nos independizamos de la paranoia por la "gripe porcina", nos independizamos de las formas habituales, nos independizamos de nuestros planes previos...
Pero no nos independizamos del compromiso de hacer algo, de que el acto tiene que ver con la historia Argentina, de que la historia tiene que ver con el presente, ni de que la temática era la INDEPENDENCIA.
¿Para qué sirve la independencia?, ¿existe la independencia?, ¿cuán absoluta puede ser?, ¿cuánta independencia es deseable y posible?, ¿y en qué sentido?
Todos formamos parte de un todo más grande, y siempre tendremos una relación de pertenencia con ese todo más grande, asumamos o no esa responsabilidad. Pero, claro, pertenencia no es sinónimo de dependencia, a menos que tomemos esta palabra como equivalente de posesión -pero no es esa nuestra intención-.
Este acto "virtual" es una invitación a reflexionar, a seguir desencadenándonos, a ser humanamente independientes, con la responsabilidad que la libertad nos da.

Encuesta: ¿Para qué sirve ser independiente?

(Encuesta realizada por Gabriel Silvatici y Ezequiel Kaminszczik)
Intentamos infructuosamente subir la encuesta, pero pueden también encontrarla en http://www.youtube.com/watch?v=WXgjiVFudpE

El juramento


Después de resolver la designación de Pueyrredón como Director Supremo, el Congreso se abocó a debatir sobre el mandato que tenían los diputados acerca de la Independencia. 

Así se llegó al 9 de julio, con la presidencia de Francisco Narciso de Laprida, quien tuvo el privilegio de preguntar a los congresales: 


"¿Queréis que las provincias de la unión sean una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?"

9 de julio de 1816


Acta de la Declaración de la Independencia Argentina

9 de julio de 1816

 En la benemérita y muy digna Ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de Julio de mil ochocientos diez y seis. Terminada la sesión ordinaria el Congreso de la Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto, y sagrado objeto de la independencia de los Pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España; los Representantes, sin embargo consagraron a tan arduo toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, la de los Pueblos representados y la de toda la posteridad. A su término fueron preguntados: Si querían que las Provincias de la Unión fuesen una Nación libre e independiente de los Reyes de España y su Metrópoli Aclamaron primero llenos del santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraban sucesivamente su unánime y espontáneo decidido voto por la independencia del País, fijando en su virtud la determinación siguiente:

Nos los Representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los Pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo, la justicia que regla nuestros votos: Declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una Nación libre e independiente del Rey Fernando VII sus sucesores y Metrópoli quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto que se debe a la Naciones, detállense en un Manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.

Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros Diputados Secretarios.

En El Redactor del Congreso Nacional (1816). N° 6.

Tomado de: Etchart, Martha B. y Martha C. Douzon (comp.). Documentos de Historia Argentina. 10° edición: Buenos Aires: Cesarini Hnos. Editores, 1983. 39-40.

Enorme coraje

 “Cuando aquí se declaró la Independencia, la estrella de la revolución americana parecía a punto de apagarse. Aún no se habían iniciado las campañas libertadoras de San Martín; Bolívar estaba en retirada y el rey de España amenazaba con ahogar en sangre esa insurrección que ardía en todos los virreinatos del continente (...) Así es que declarar la Independencia fue un acto de enorme coraje”, afirmó el historiador Carlos Páez de la Torre (h), tras recordar que fue en el norte donde más sangre corrió por la libertad y que a los argentinos aún les quedan grandes desafíos por delante.

 

Fuente: Diario La Gaceta – sábado 10 de Julio de 2004

http://www.lagaceta.com.ar/vernota.asp?id_seccion=2&seccion=&id_nota=81808

Canciones y poesía: Para la libertad


(Miguel Hernández/Joan Manuel Serrat)                            

http://www.youtube.com/watch?v=grdTe5IZqkY


Para la libertad, sangro, lucho, pervivo.

Para la libertad, mis ojos y mis manos

como un árbol carnal, generoso y cautivo,

doy a los cirujanos.


Para la libertad siento más corazones

que arenas en mi pecho: dan espumas

mis venas,

y entro en los hospitales, y entro en

los algodones

como en las azucenas.

 

Porque donde unas cuencas vacías

amanezcan

ella pondrá dos piedras de futura mirada

y hará que nuevos brazos y nuevas

piernas crezcan

en la carne talada.

 

Retoñarán aladas de savia sin otoño

reliquias de mi cuerpo que pierdo en

cada herida.


Porque soy como el árbol talado,

que retoño:

y aún tengo la vida.


El Guernica, de Pablo Picasso

Hacia la independencia

(Por Federico Sujarchuk  y Agustín Martínez Ortiz)

 El complicado y sinuoso camino hacia la independencia comenzó con aquel acto económico, político y militar denominado Revolución de Mayo, que influenciado por el liberalismo revolucionario francés, la emancipación norteamericana y la crisis de la legitimidad dinástica española de Fernando VII, pudo traer, por primera vez, aires de libertad a la región. Entre otros grandes cambios que afectaron al territorio patrio luego de la Revolución de Mayo se pueden destacar: el envío de misiones diplomáticas a las grandes potencias (Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos); el intento por parte de la junta por crear una sociedad basada en el igualitarismo y el mérito personal , donde el linaje y la pureza de  sangre obtuvieran un lugar secundario; y el ascenso de un Buenos Aires periférico a un Buenos Aires central en todas las regiones americanas bajo dominio español.

La conjunción de todos estos hechos, sumado a las victorias en el ámbito militar, dieron por sentadas las bases para el futuro congreso de Tucumán del 9 de julio de 1816, hace ya 193 años, donde se rompieron, oficialmente, los lazos con la corona española y se decretó a la actual  República Argentina como el primer territorio independiente de América Latina.

Como consecuencia de esto, se estableció un precedente para la liberación americana del yugo español.

Mientras tanto en el territorio patrio, comenzó el proceso de organización político-econonómico nacional el cual, a pesar de los muchos escollos y enfrentamientos a los que se vió expuesto, derivó en la creación de la constitución nacional de 1853.


Fuentes:  C. Alberto Floria y César A. García Belsunce: "Historia de los argentinos" Tomo 1, Ed. Kapelusz (Bs. As. 1984); y Felipe Pigna: "Los mitos de la historia argentina", Grupo Edit. Norma (Bs. As. 2005).


Laprida

Francisco Narciso Laprida nació en San Juan el 28 de octubre de 1786 y falleció el 22 de septiembre de 1829 en Pilar, cerca de la ciudad de Mendoza. Fue miembro del Partido Unitario, grupo de ideología liberal que abogaba por un gobierno centralizado de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Fue un notable letrado y político que ejerció de diputado por San Juan en el Congreso de Tucumán a la vez que de presidente cuando durante en este congreso se proclamó la independencia de Argentina el 9 de julio de 1816. Junto a José de San Martín participó en la creación del Ejército de los Andes. En 1815 fue enviado como diputado al Congreso de Tucumán y el primero de julio de 1816 ocupó la presidencia y tomó juramento a los diputados. En Tucumán primero y más tarde en Buenos Aires el congreso proclamó la Declaración de Independencia de la nación Argentina y redactó la Constitución de 1819. Esta constitución que estuvo influenciada por las Cartas Magnas de diversos países como las de Estados Unidos de América, Francia y en menor medida por la constitución española de 1812 tenía una fuerte impronta unitaria, establecía la separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y estaba diseñada para amoldarse a un sistema monárquico constitucional, el cual era bien visto por algunos de los congresistas implicados en su elaboración. Pero la constitución encontró una fuerte oposición de las provincias afines al federalismo. Aún así, pese a su efímera existencia, muchos de sus artículos serían refundidos en las siguientes constituciones de 1826 y 1853. El Congreso de Tucumán fue clausurado en 1820 tras la derrota del Directorio en la Batalla de Cepeda. Posteriormente Francisco Narciso de Laprida regresó a San Juan donde ocupó el cargo de gobernador en sustitución de José Ignacio de la Roza (1786-1834) empleándose con dureza contra algunos conatos revolucionarios. En el año 1824 volvió a representar a su provincia, en esta ocasión en el Congreso General Constituyente y del cual fue presidente al año siguiente. Una vez el Partido Unitario inició un proceso de desintegración acelerado y el militar federalista Manuel Dorrego (1787-1828) fue fusilado, regresó a San Juan y más tarde a Mendoza escapando de la persecución de Juan Facundo Quiroga (1788-1835). En su huida fue alcanzado por las tropas de José Félix de Aldao que lo asesinan en septiembre de 1829. Sus restos mortales nunca fueron hallados. Más de un siglo después de su muerte, en 1943, Jorge Luis Borges, el reconocido escritor de fama mundial y descendiente lejano de Francisco Narciso de Laprida, honró la memoria de éste en su obra Poema Conjetural.


POEMA CONJETURAL 

El doctor Francisco Laprida, asesinado el día 23 de septiembre de 1829 por los montoneros de Aldao, piensa antes de morir:




Zumban las balas en la tarde última.


Hay viento y hay cenizas en el viento,


se dispersan el día y la batalla
deforme,

y la victoria es de los otros.


Vencen los bárbaros, los gauchos vencen.


Yo, que estudié las leyes y los cánones,


yo, Francisco Narciso de Laprida,


cuya voz declaró la independencia


de estas crueles provincias, derrotado,


de sangre y de sudor manchado el rostro,


sin esperanza ni temor, perdido,


huyo hacia el Sur por arrabales últimos.



 

Como aquel capitán del Purgatorio


que, huyendo a pie y ensangrentando el llano,


fue cegado y tumbado por la muerte


donde un oscuro río pierde el nombre,


así habré de caer. Hoy es el término.


La noche lateral de los pantanos


me asecha y me demora. Oigo los cascos


de mi caliente muerte que me busca


con jinetes, con belfos y con lanzas.



 

Yo que anhelé ser otro, ser un hombre


de sentencias, de libros, de dictámenes,


a cielo abierto yaceré entre ciénagas;


pero me endiosa el pecho inexplicable


un júbilo secreto. Al fin me encuentro


con mi destino sudamericano.


A esta ruinosa tarde me llevaba


el laberinto múltiple de pasos


que mis días tejieron desde un día


de la niñez. Al fin he descubierto


la recóndita clave de mis años,


la suerte de Francisco de Laprida,


la letra que faltaba, la perfecta


forma que supo Dios desde el principio.


En el espejo de esta noche alcanzo


mi insospechado rostro eterno. El círculo


se va a cerrar. Yo aguardo que así sea.



 

Pisan mis pies la sombra de las lanzas


que me buscan. Las befas de mi muerte,


los jinetes, las crines, los caballos,


se ciernen sobre mí ... Ya el primer golpe,


ya el duro hierro que me raja el pecho,


el íntimo cuchillo en la garganta.






(Jorge Luis Borges, 1943)


Algunos protagonistas

Juan José Paso (1758 - 1833Autor: Felipe Pigna

Nació en Buenos Aires el 2 de junio de 1758. Se graduó como doctor en Jurisprudencia en la Universidad de Córdoba y allí enseñó filosofía hasta 1781. En 1803 fue nombrado agente fiscal de la real hacienda. Fue uno de los primeros pobladores de San José de Flores. En el Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810 propuso la cesantía del Virrey Cisneros y la implantación de un gobierno propio. Fue nombrado, junto a Mariano Moreno, Secretario de la Primera Junta. Entre 1811 y 1812 formó parte de los dos Triunviratos y en 1813 tuvo una activa participación en la Asamblea General Constituyente. Fue el Secretario del Congreso de Tucumán en 1816, donde se pronunció por una monarquía moderada como forma de gobierno. Cuando el Congreso se trasladó a Buenos Aires, Paso colaboró en la redacción de los estatutos provisionales. Fue electo diputado para el Congreso de 1824 en el que presentó importantes proyectos para la creación del primer banco y la organización del ejército. Tras la firma de la Constitución unitaria de 1826, Paso se retiró de la política. Falleció en Buenos Aires el 10 de septiembre de 1833.  (Fuente: www.elhistoriador.com.ar)

Tomás Godoy Cruz (1791 - 1852)

Nació en Mendoza el 6 de Mayo de 1791. Hizo allí sus primeros estudios y en Chile, en la Universidad de San Felipe, sus estudios superiores, en 1813 fue designado miembro del Cabildo de dicha ciudad. De regreso a su provincia natal fue elegido Síndico Procurador del Cabildo. En 1815, cuando el Director Supremo Alvear, reemplazó a José de San Martín, encabeza la revuelta popular que terminó con el padre de la patria ocupando nuevamente la gobernación de Cuyo. Bajo su dirección se constituyó la filial mendocina de la Logia Lautaro, en la que desempeñó funciones de importancia. Posteriormente fue diputado en el Congreso de Tucumán que declaró la Independencia. En el Congreso tuvo una fecunda labor: fue dos veces su presidente y una vez, vicepresidente. Fue un activo defensor de la idea de sancionar un reglamento provisional que tuviera la fuerza de una constitución hasta que un nuevo congreso sancionase la Constitución definitiva. Sus ideas influenciaron los debates y decisiones del Congreso, tal como lo revelan la abundante correspondencia que mantuvo con San Martín y otros próceres sobre las ideas de independencia y régimen de gobierno, planes de organización administrativa, política interna y externa, etc. Fue uno de los promotores de la reunión entre San Martín y Pueyrredón del 15 de julio de 1816, en donde trataron el proyecto de expedición a Chile y el plan de operaciones para el ejército auxiliar al Perú. De regreso a su provincia luchó por la autonomía de Mendoza y fue el primer diputado mendocino que tuvo ocasión de defender la industria vitivinícola para impedir el ingreso de vinos extranjeros. Desde 1820 hasta 1822 fue gobernador de la provincia. Durante su gestión se impulsó el desarrollo comercial y de las industrias agrícolas y mineras; impulsó la instrucción pública, creó imprentas y periódicos, organizó el teatro y se preocupó de organizar el Congreso General propuesto por Buenos Aires para reorganizar institucionalmente el país. En 1831, se exilió en Chile en donde realizó una intensa actividad docente y se especializó en la cría de gusanos de seda, siendo uno de los promotores de esta actividad en el país. También tuvo una exitosa labor con los telares y sus ponchos, telas, guantes, frazadas y medias se vendían, no sólo en el país sino también Chile y Bolivia. Falleció en Mendoza el 15 de Mayo de 1852. (Fuente: http://www.mendoza.edu.ar/efemerid/godoy_c.htm)

Juan Martín de Pueyrredón (1777 - 1850) Autor: Felipe Pigna

Nació en Buenos Aires el 18 de diciembre de 1777. Estudió en París y regresó a Buenos Aires en 1806, poco antes de la primera invasión inglesa. Fue uno de los líderes de la resistencia contra el invasor al frente del regimiento de Húsares, y fue uno de los artífices de la rendición británica ocurrida el 12 de agosto de 1806. Como premio a su valor el Cabildo de Buenos Aires lo envió en calidad de diputado a las Cortes de Madrid. En 1809 regresó al país y en 1810 fue nombrado Gobernador de Córdoba por la Primera Junta. En 1811, asumió el cargo de General en Jefe del ejército del Alto Perú hasta marzo de 1812, cuando fue reemplazado por el General Belgrano. Pueyrredón regresó a Buenos Aires y fue convocado a incorporarse como miembro del Primer Triunvirato al caducar el mandato de uno de los triunviros. Tras la caída del Triunvirato fue detenido y confinado a San Luis. En esta región ganó un gran prestigio y fue electo diputado por Cuyo ante el Congreso de Tucumán. Bajo la influencia de San Martín y el fuerte apoyo de Buenos Aires y el Alto Perú, fue designado por el Congreso para ocupar el cargo de Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 3 de mayo de 1816. Desde esta función, colaboró activamente con la campaña libertadora de San Martín. En abril de 1819, renunció a su cargo y marchó primero a Montevideo y luego a Francia. Regresó al país en 1849 y falleció pocos meses después, el 13 de marzo de 1850. (Fuente: www.elhistoriador.com.ar)

Canciones: Libertad

(Julieta Venegas)     

http://www.youtube.com/watch?v=NpBO-AZxpCE

He estado escuchando hoy

sin realmente escuchar

más bien sólo pensando hasta dónde llega

lo que llamamos libertad

 

Si es andar saltando de una estrella a otra

o es nadar al río y llegar hasta el mar

¿hasta dónde llega lo que llamamos libertad?

 

Hacer lo que en verdad sentimos

y sentir lo que hablamos

rendirá nuestras almas su propia

y justa y libre libertad, libertad

 

Más bien sólo pensando

hasta dónde llega lo que llamamos libertad

he estado escuchando hoy,

he estado escuchando hoy

he estado escuchando hoy,

he estado escuchando hoy

Paisaje zapatista, de Diego Rivera

Argentina y los astros

(por Odi)

El nacimiento de la Argentina tuvo lugar el 9 de julio de 1816 a las 12 horas y 4 minutos en San Miguel de Tucumán, el Sol a 17º de Cáncer y el Ascendente a 24º de Libra.
Estos dos signos marcarán la vida política Argentina. Los dos partidos mayoritarios fueron fundados bajo Cáncer (el Partido Radical) y bajo Libra (el Partido Justicialista).
La Casa 1 describe al país en su forma física, su geografía y su idiosincrasia. La cúspide de esta casa está en Libra, un signo regido por el plantea Venus, referente a la belleza y el dinero. Por eso la Argentina es rica en paisajes variados y hermosos (véase el video del Himno cantado por Patricia Sosa). Júpiter en la Casa 1 da abundancia y suerte; de ahí que el territorio sea pródigo en recursos naturales. Incluso el Júpiter en el signo de Escorpio, lo subterráneo, indica los recursos bajo tierra -como petróleo, minería, etcétera-.


Pensamientos...

"La independencia siempre fue mi deseo; la dependencia siempre fue mi destino".

Paul Verlaine (1844-1895) Poeta francés.

 

"La independencia, igual que el honor, es una isla rocosa sin playas".

Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte. Emperador francés.

 

"Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes".

Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filosofo alemán.

 

"La felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes".

José Martí (1853-1895) Político y escritor cubano.

"Libertad", de Paul Eluard (fragmento)

"En mis cuadernos de escolar

en mi pupitre en los árboles


en la arena y en la nieve

escribo tu nombre.

 

(…)

 

Y por el poder de una palabra

vuelvo a vivir

nací para conocerte

para cantarte

Libertad"

La Libertad guiando al pueblo, de Eugene Delacroix

Canciones: ¿Adónde está la libertad?

 (Pappo`s Blues)  

http://www.youtube.com/watch?v=meWeaB38kVg

Adónde está la libertad,
no dejo nunca de pensar,
quizás la tengan en algún lugar,
que tendremos que alcanzar.

No, creo que nunca,
sí, que nunca,
no, creo que nunca,
la hemos pasado tan mal;
no es posible,
es imposible,
aguantar.

El otro día me quisieron matar,
Ametralladora ¡pa-pa-pa-pa!,
yo sólo quiero escapar,
de toda su locura intelectual.

No, creo que nunca,
sí, que nunca,
no, creo que nunca,
la hemos pasado tan mal;
no es posible,
es imposible,
aguantar.

Los congresales de Tucumán


San Juan


Francisco Narciso de Laprida (1786/1829). Doctor en Leyes.


Fray Justo Santa María de Oro (1772/1836). Clérigo y Doctor en Teología.



Catamarca

Manuel Antonio Acevedo (1770/1825). Clérigo.


José Eusebio Colombres (1778/1859). Clérigo y Doctor en Leyes.

Tucumán

Pedro Miguel de Aráoz (1759/1832). Clérigo y Doctor en Teología.


José Ignacio Thames (1762/1832). Clérigo y Doctor en Teología.



Charcas

José Severo Feliciano Malabia (1787/1849). Doctor en Leyes.


Mariano Sánchez de Loria (1774/1842). Doctor en Leyes.


José María Serrano (1788/1852). Abogado.



Buenos Aires


Tomás Manuel de Anchorena (1783/1847). Doctor en Leyes.


José Darragueira (1770/1817). Doctor en Leyes.


Esteban Agustín Gascón (1764/1824). Doctor en Derecho.


Pedro Medrano (1769/1840). Doctor en Leyes.


Juan José Paso (1758/1833). Doctor en Leyes.


Fray José Cayetano Rodríguez (1761/1823). Clérigo, Poeta y Periodista.


Antonio Sáenz (1780/1825). Clérigo y Abogado.



Salta


Mariano Boedo (1782/1819). Abogado.


José Ignacio de Gorriti (1770/1835). Doctor en Derecho.



Córdoba

Eduardo Pérez Bulnes (1785/1851). Cesó en sus funciones cuando el Congreso se trasladó a Buenos Aires en 1817.


Juan Antonio Cabrera (1768/1820). Licenciado en Derecho.


Jerónimo Salguero (1774/1847). Doctor en Derecho Civil.



La Rioja

Pedro Ignacio de Castro Barros (1777/1849). Clérigo.



Santiago del Estero


Pedro León Gallo (1779/1852). Clérigo.


Pedro Francisco Uriarte (1758/1839). Clérigo y Doctor en Leyes Religiosas.



Mendoza

Tomás Godoy Cruz (1791/1852). Bachiller en Filosofía y Leyes.


Juan Agustín Maza (1784/1830). Doctor en Derecho Civil.



Chichas

Juan Andrés Pacheco de Melo (1779/1833). Clérigo.



Mizque

Pedro Ignacio de Rivera (1753/1833). Doctor en Derecho Civil y Coronel.



Jujuy

Teodoro Sánchez de Bustamante (1778/1851). Doctor en Leyes.

El Himno Nacional Argentino

Las estrofas de la versión completa del Himno Nacional Argentino -con las partes que se entonan actualmente destacadas en negrita-, compuestas por Vicente López y Planes en 1813, llenas de alusiones a las diversas luchas de los pueblos de América, capitales, al Inca... que nos pareció oportuno recordar, son éstas:

Oíd mortales el grito sagrado:

¡Libertad, Libertad, Libertad!

Oíd el ruido de rotas cadenas:

Ved en trono a la noble Igualdad.

 

Se levanta la faz de la Tierra

Una nueva y gloriosa Nación:

Coronada su sien de laureles

Y a sus plantas rendido un León

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

De los nuevos campeones los rostros

Marte mismo parece animar;

la grandeza se anida en sus pechos,

A su marcha todo hace temblar.

Se conmueven del Inca las tumbas

Y en sus huesos revive el ardor,

Lo que ve renovando a sus hijos

De la Patria el antiguo esplendor.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

Pero sierras y muros se sienten

Retumbar con horrible fragor:

Todo el País se conturba por gritos

De venganza, de guerra y furor.

En los fieros tiranos la envidia

Escupió su pestífera hiel,

Su estandarte sangriento levantan

Provocando a la lid más cruel.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

¡No lo véis sobre Méjico y Quito

Arrojarse con saña tenaz,

Y cuál lloran bañados en sangre

Potosí, Cochabamba y La Paz!

¡No lo véis sobre el triste Caracas

Luto y llantos y muerte esparcir!

¡No lo véis devorando cual fieras

Todo pueblo que logran rendir!

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

A vosotros se atreve ¡Argentinos!

El orgullo del vil invasor,

Vuestros campos ya pisa contando

Tantas glorias hollar vencedor.

 

Mas los bravos que unidos juraron

Su feliz libertad sostener,

A esos tigres sedientos de sangre

Fuertes pechos sabrán oponer.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

El valiente argentino a las armas

Corre ardiendo con brío y valor,

El clarín de la guerra cual trueno

En los campos del Sud resonó,

Buenos Aires se pone a la frente

De los pueblos de la ínclita Unión,

Y con brazos robustos desgarran

Al ibérico altivo León.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

San José, San Lorenzo, Suipacha,

Ambas Piedras, Salta y Tucumán,

La Colonia y las mismas murallas

Del tirano en la Banda Oriental;

Son letreros eternos que dicen:

Aquí el brazo argentino triunfó

Aquí el fiero opresor de la Patria

Su cerviz orgullosa dobló.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

La victoria al guerrero argentino

Con sus alas brillantes cubrió

Y azorado a su vista el tirano,

Con infamia a la fuga se dió;

Sus banderas, sus armas se rinden

Por trofeos a la Libertad,

Y sobre alas de gloria alza el pueblo

Trono digno a su gran majestad.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

Desde un polo hasta el otro resuena

De la fama el sonoro clarín,

Y de América el nombre enseñando,

Les repite: ¡Mortales! Oíd:

 

¡Ya su trono dignísimo abrieron

Las provincias unidas del Sud!

Y los libres del mundo responden:

¡Al Gran Pueblo Argentino Salud!