miércoles, 8 de julio de 2009

El Himno Nacional Argentino

Las estrofas de la versión completa del Himno Nacional Argentino -con las partes que se entonan actualmente destacadas en negrita-, compuestas por Vicente López y Planes en 1813, llenas de alusiones a las diversas luchas de los pueblos de América, capitales, al Inca... que nos pareció oportuno recordar, son éstas:

Oíd mortales el grito sagrado:

¡Libertad, Libertad, Libertad!

Oíd el ruido de rotas cadenas:

Ved en trono a la noble Igualdad.

 

Se levanta la faz de la Tierra

Una nueva y gloriosa Nación:

Coronada su sien de laureles

Y a sus plantas rendido un León

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

De los nuevos campeones los rostros

Marte mismo parece animar;

la grandeza se anida en sus pechos,

A su marcha todo hace temblar.

Se conmueven del Inca las tumbas

Y en sus huesos revive el ardor,

Lo que ve renovando a sus hijos

De la Patria el antiguo esplendor.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

Pero sierras y muros se sienten

Retumbar con horrible fragor:

Todo el País se conturba por gritos

De venganza, de guerra y furor.

En los fieros tiranos la envidia

Escupió su pestífera hiel,

Su estandarte sangriento levantan

Provocando a la lid más cruel.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

¡No lo véis sobre Méjico y Quito

Arrojarse con saña tenaz,

Y cuál lloran bañados en sangre

Potosí, Cochabamba y La Paz!

¡No lo véis sobre el triste Caracas

Luto y llantos y muerte esparcir!

¡No lo véis devorando cual fieras

Todo pueblo que logran rendir!

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

A vosotros se atreve ¡Argentinos!

El orgullo del vil invasor,

Vuestros campos ya pisa contando

Tantas glorias hollar vencedor.

 

Mas los bravos que unidos juraron

Su feliz libertad sostener,

A esos tigres sedientos de sangre

Fuertes pechos sabrán oponer.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

El valiente argentino a las armas

Corre ardiendo con brío y valor,

El clarín de la guerra cual trueno

En los campos del Sud resonó,

Buenos Aires se pone a la frente

De los pueblos de la ínclita Unión,

Y con brazos robustos desgarran

Al ibérico altivo León.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

San José, San Lorenzo, Suipacha,

Ambas Piedras, Salta y Tucumán,

La Colonia y las mismas murallas

Del tirano en la Banda Oriental;

Son letreros eternos que dicen:

Aquí el brazo argentino triunfó

Aquí el fiero opresor de la Patria

Su cerviz orgullosa dobló.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

La victoria al guerrero argentino

Con sus alas brillantes cubrió

Y azorado a su vista el tirano,

Con infamia a la fuga se dió;

Sus banderas, sus armas se rinden

Por trofeos a la Libertad,

Y sobre alas de gloria alza el pueblo

Trono digno a su gran majestad.

 

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir.

Coronados de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

 

Desde un polo hasta el otro resuena

De la fama el sonoro clarín,

Y de América el nombre enseñando,

Les repite: ¡Mortales! Oíd:

 

¡Ya su trono dignísimo abrieron

Las provincias unidas del Sud!

Y los libres del mundo responden:

¡Al Gran Pueblo Argentino Salud!

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